"Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y que hay que comenzar de nuevo" Julio Cortázar.Un buen día tomé conciencia de que estamos en una época en que nuestro desarrollo como personas tiene tanto límite como el que nosotros queramos ponerle... y me decidí por emprender.
Quien me conoce, sabe de esa "vocación" que tengo por no poder estarme quieto, siempre reinventándome (innovándome), un buen día de agente seguros, mañana de contable, pasado en una cadena de distribución, una compañía eléctrica, un banco, una compañía de publicidad... Siempre queriendo dar un paso más, evolucionando, buscando mi lugar, siempre persiguiendo sueños, utopías, en realidad es lo que nos ayuda a avanzar ¿o no?.
Estos años han sido una locura. Seguro que si me hubiera parado un instante, no me hubiera dejado encantar por los cantos de sirena, me hubiera dado cuenta de que las personas con las que me asociaba no eran los mejores compañeros de viaje, pero mi padre había fallecido hacía poco y en mi mente solo resonaba "carpe diem" y por todos los modos busqué mis sueños sin parar un instante, sin darme cuenta que mis sueños se habían tornado hacia cosas materiales, que estaban fuera de mí. Que lo realmente importante estaba en mí, y ya lo tenía, un peque estupendo y la mejor compañera a mi lado.
Los cantos de sirena de lo material sonaban en mi cabeza al punto de no prestar la debida atención a mis pensamientos.
Ahora, que he parado un poco, veo todo con otra perspectiva. Yo que siempre he sido rebelde ante los condicionamientos, me había dejado llevar por el entorno y había asumido esa "mentira" de que "el empresario es creador de riqueza". Pero un verdadero emprendedor no se cree el reduccionismo económico de que todo el esfuerzo, empeño, creatividad de un empresario solo tiene sentido si con ello se consiguen excelentes resultados económicos...
Los cantos de sirena de lo material sonaban en mi cabeza al punto de no prestar la debida atención a mis pensamientos.
Ahora, que he parado un poco, veo todo con otra perspectiva. Yo que siempre he sido rebelde ante los condicionamientos, me había dejado llevar por el entorno y había asumido esa "mentira" de que "el empresario es creador de riqueza". Pero un verdadero emprendedor no se cree el reduccionismo económico de que todo el esfuerzo, empeño, creatividad de un empresario solo tiene sentido si con ello se consiguen excelentes resultados económicos...
Tomar conciencia de todo esto es importante, es cierto que estamos ante una nueva era y que los paradigmas se están transformando, precisamente ahora que los procesos económicos son cada vez mas globalizados, hay que tener cuidado con las aventuras en solitario. Pero es muy fácil verte con la imagen de "vengador, "justiciero" solitario que lucha por un ideal capaz de modelar su propio destino. Sin embargo esa imagen tiene mas de peli de "Stallone" o "Schwarzenegger" que de realidad.
Sin duda, cuando le damos demasiada importancia al individualismo frente a lo colectivo, entramos en ese extraño juego de que tu empresa es simple y llanamente generadora de riqueza, dejando a un lado lo que esta nueva era "post mercantilista" y que ya muchos autores denominan "era del conocimiento" demanda en un emprendedor que no es otra cosa que la autorrealización personal y no ese concepto trasnochado de autoemplearse. La empresa ha de ser generadora de nuevas metas, primando lo emocional, y lo sentimental, siendo los beneficios no solo económicos, sino sociales, humanos. y por supuesto personales.
Cuando perdemos perspectiva, estamos siendo autoemplados, asumiendo ese rol de "empleado flexibilizado" que este sistema actual (que agoniza) quiere para reestructurar las intituciones, debilitándolas, para cumplir con "el sueño liberal" de eliminar el poder de la representatividad de los ciudadanos, y sus competencias en lo referente a política social o política económica, avocada a ser la la cancha donde transcurre el juego electoral.
Sin duda, el emprendedor rompe claramente con el estado del bienestar y asume todos los roles de un sistema agonizante que lucha por no desaparecer, siendo a la vez productor y comercializador. El emprendedor, por tanto no es un empresario, puesto que emprendedor se auto-proletariza y une en una sola persona, mitad empelador mitad empleado.
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