martes, 20 de octubre de 2015

El Desastre Tecnológico Español

Hoy en Firma Invitada, Enrique Dans, profesor de Sistemas de Información en IE Business School y que desde su columna en El Español, Fósoforo Verde, publicó una interesante reflexión con el título “Un gobierno contra internet“, donde muestra su indignación al ver cómo un gobierno integrado por incompetentes y desfasados tecnológicos ha sido capaz, a lo largo de cuatro años, de destrozar la imagen de España a nivel internacional, de convertirla en un país rancio y del que solo se pueden esperar actitudes en contra de la tecnología y la innovación. Y cito literalmente de su blog

"Un país en principio atractivo por condiciones de vida, por clima y por nivel de desarrollo, convertido en un sitio que cualquier emprendedor intentaría evitar por todos los medios posibles. Un auténtico desastre fraguado a lo largo de cuatro años de no entender nada: la tragedia de un gobierno desactualizado. No sé si más desactualizado que el gobierno anterior, el anterior o el anterior, pero decididamente, uno con el que el desfase se ha hecho tan grande, que nos ha llevado a un máximo de percepciones negativas. Algunos todavía creen que esto de la actitud de un gobierno ante internet, la tecnología o el emprendimiento es una cuestión meramente anecdótica, que debe quedar relegada ante “los grandes temas”, la economía, etc. No, no es así. Curiosea un poco los enlaces de la columna, y lo verás. La actitud ante estas cuestiones representa una prueba de otras muchas cosas, una actitud ante la vida, una forma de demostrar lo poco que entienden el mundo actual.
Esperemos que sea el último gabinete que tengamos que ver con semejante tipo de actitudes. Fuera con ellos. Que pase el siguiente, por favor…".


Recordar ahora que el próximo 20-D hay elecciones es innecesario. Sin embargo, sí me parece interesante, antes de entrar en el cansino fragor de la campaña, analizar lo que ha sido la España de Rajoy: el período más desastroso para nuestro país en todo lo relacionado con tecnología e innovación.

A nivel internacional, España es un país rancio. Que existan emprendedores y startups es algo que solo habla de la tozudez de quienes se empeñan en ello, porque el gobierno de Mariano Rajoy se ha empeñado a conciencia en dificultarles la vida, en engañarles con cambios inútiles, en castigarles con impuestos no solo en función de lo que ganen, sino incluso de lo que podrían llegar a ganar si deciden irse a sitios donde puedan captar capital, o en dificultarles la atracción de talento impidiendo fórmulas versátiles de retribución populares en otros países.

Según declaraciones recientes de Mariano Rajoy, "España tiene todo para ser el gran cosmos del emprendedor"... ya, claro. Solo si esos emprendedores están dispuestos a ser buenecitos, no hacer ruido, no romper nada y no meterse con nadie. En cuanto pongan nerviosa a alguna gran empresa, ésta levantará el teléfono, la recibirá algún miembro del Gobierno y obtendrá rápidamente protección contra "ese indocumentado que amenaza su negocio". España es el país en donde los lobbies campan a sus anchas y en el que, además, encuentran un aliado perfecto en un gobierno corrupto y tecnológicamente iletrado. Aquí vale hasta poner impuestos al sol.

Para el gabinete Rajoy, lo único que rima con el avance tecnológico son peligros y amenazas. ¿Redes sociales? Hay que controlarlas, vigilarlas, marcar edades mínimas y detener a los que las usen para cualquier cosa que ellos consideren "alterar el orden". ¿Nuevos modelos de negocio? Si hay que legislar para impedirlos, se legisla. ¿Jueces? Si "están equivocados" y aplican el Derecho "en contra de los intereses de nuestros amigos", se les cambia o se entregan sus funciones a una comisión dependiente del Gobierno.

España, en el entorno internacional, es un desastre de país con desempleo rampante, en el que emprender resulta imposible, en el que se persigue todo, o en el que se expulsa a Google News. Además de ser un sitio donde la corrupción campa a sus anchas, con nula transparencia y donde el verbo "dimitir" no se conjuga jamás, es, literalmente, un país contra internet.Gracias por nada, Mariano. Vete ya. Espero que seas el último analfabeto tecnológico que vea como presidente.

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